El cardenal Osoro preside emotiva Eucaristía en recuerdo de Modesta y de las personas fallecidas por la dureza de la calle
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienvaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque seréis consolados». El día en que recordamos a Modesta Valenti y a todas las personas que han muerto por la dureza de la vida en la calle, el Evangelio trajo una promesa de consuelo, recordándonos que el sufrimiento, el rechazo y la exclusión nunca tienen la última palabra.
«Estos gestos, los momentos de acogida y de amistad y la memoria fiel es lo que de verdad permanece», destacó la responsable de la Comunidad de Sant’Egidio en Madrid, Tíscar Espigares.
Damos gracias al Señor por la amistad con estos hermanos y hermanas, que ha sido una bienaventuranza para nuestras vidas y que nos hacen experimentar ese reino de Dios que, como nos recuerda el Evangelio, pertenece a los pobres.
En una emotiva Eucaristía presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, recordamos uno a uno los nombres e historias de tantas víctimas de la indiferencia y la injusticia, empezando por Modesta Valenti, la anciana sin hogar que murió en soledad y abandono hace casi cuatro décadas en Roma y que ha inspirado la amistad y el servicio de la Comunidad de Sant’Egidio a las personas sin hogar.
En su homilía, el cardenal Osoro destacó que como hijos e hijas de Dios, todos tenemos la misma dignidad, destacando la importancia de la memoria de los nombres y las historias de los hermanos que han muerto en la dificultad.
Galería de imágenes (clic sobre la imagen para acceder a la galería)
Conoce la HISTORIA DE MODESTA VALENTI