La Comunidad de Sant’Egidio nació en Roma en 1968, a la luz del Concilio Vaticano II. Hoy es un movimiento de laicos al que pertenecen más de 50.000 personas, comprometido en la evangelización y en la caridad en Italia y en más de 70 países del mundo. Es una “Asociación Pública de Laicos de la Iglesia”, y las diferentes comunidades extendidas por el mundo comparten la misma espiritualidad y los mismos pilares que caracterizan el camino de Sant’Egidio:
La oración, que acompaña la vida de todas las comunidades en Roma y en el mundo, y que constituye un elemento esencial. La oración es el centro y el momento fundamental de orientación de la vida comunitaria.
La comunicación del Evangelio, corazón de la vida de la Comunidad, que se extiende a todos los que buscan y piden un sentido para su vida.
La solidaridad con los pobres, vivida como servicio voluntario y gratuito, en el espíritu evangélico de una Iglesia que es “Iglesia de todos y especialmente de los pobres “ (Juan XXIII).
El ecumenismo, vivido como amistad, oración y búsqueda de la unidad entre cristianos del mundo entero.
El diálogo, indicado por el Vaticano II como vía de paz y de colaboración entre las religiones, pero también como modo de vivir y como método para la reconciliación en los conflictos.
La Comunidad tiene su centro en la Iglesia romana de Sant’Egidio, de la que tomó el nombre. Desde el comienzo, vive en el barrio de Trastevere, en Roma, y en otras ciudades del mundo, una presencia continua de oración y de acogida a los pobres y a los peregrinos.