Andrea Riccardi: «En una sociedad de muchos ‘yo’, la Iglesia es un «nosotros»
Compartirmos la entrevista completa realizada por Santiago Tedeschi Prades al historiador y fundador de la Comunidad de Sant’Egidio Andrea Riccardi, publicada en la edición de julio de la Revista ECCLESIA.
¿Está viviendo la Iglesia católica una de sus peores crisis a nivel mundial? ¿Se enfrenta realmente el cristianismo a un problema de vocación religiosa? Son dos preguntas que inquietan incluso a quienes observan el cristianismo y la Iglesia católica desde el exterior. Hoy, la Iglesia está llamada a una condición de lucha, esta vez no contra enemigos externos, sino contra la indiferencia y el descrédito.
Para Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, crisis no significa necesariamente final, sino una oportunidad para abrirse al futuro, para renacer. ECCLESIA lo ha entrevistado a raíz de la presentación de su nuevo libro, La Iglesia Arde. Una presentación que ha hecho junto con sus dos «amigos», el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Un libro de impagable lucidez sociológica, valiente y polémico, que apunta directamente sobre los pecados cometidos por la Iglesia en la segunda mitad del siglo pasado y en el primer cuarto del siglo XXI.
¿Cuáles son las raíces que le llevaron a escribir este libro sobre las crisis de la Iglesia?
Empecé a pensar este libro a raíz del incendio de la catedral de Notre Dame, que parecía una realidad firme, estable, algo intocable y, en cambio, se quemó en una noche. Este incendio me pareció una somatización de la crisis de la Iglesia, no solamente en Francia, sino en toda Europa. Me pareció algo que demostraba una fragilidad profunda. Y por ejemplo, la Iglesia ha optado por la evangelización, pero sus fieles van disminuyendo progresivamente. ¿Cuál es el problema?
«En una sociedad de muchos “yo”, la Iglesia es un “nosotros”»
¿Cómo ve el futuro de Europa analizando lo que está sucediendo en Ucrania?
Estoy muy preocupado porque estamos viviendo una fase de posglobalización. Por eso, volveremos a ver nacionalismos y radicalismos. Es lo que está pasando en Europa. Y luego estamos viendo que la guerra se ha rehabilitado como herramienta para resolver conflictos, para afirmar los propios intereses; y eso es muy grave. Todo esto hace que la guerra, en la opinión general, pueda parecer un videojuego, y de repente cuando te estalla a tu lado es una tragedia. La guerra, en el mundo global, no es algo aislado, sino que es contagioso: vemos el problema de la guerra en Ucrania y el problema del trigo.
Estuvo en marzo en la frontera entre Eslovaquia y Ucrania. ¿Qué fue lo que más le impactó?
Las mujeres ucranianas: estas mujeres que luego vemos también en nuestros países, mujeres fuertes que cuidaban a los niños, a los ancianos, que buscaban un respiro en Polonia y luego querían regresar a su país. Estoy convencido de que el pueblo ucraniano es experto en sufrir: ha vivido un siglo XX terrible, el hambre, un genocidio, la guerra nazi, la masacre de los judíos. Es gente fuerte y estas mujeres me han impresionado mucho.
Aquí en España estamos viviendo un momento de fuerte polarización en la sociedad. ¿Cómo, desde la Iglesia, podemos iniciar un camino de diálogo?
Como extranjero que soy, me parece que España ha sufrido muchas veces una polarización que luego se ha convertido en verdaderos conflictos civiles. Creo que la polarización es una ilusión: la ilusión de dos verdades opuestas. La realidad es compleja, la vida de cada uno de nosotros es compleja, el mundo global es complejo y requiere diálogo, conocimiento, intercambio, solidaridad. Pienso que la Iglesia debe ser una Iglesia que testimonie sabiduría y diálogo en una sociedad que va perdiendo sus puntos de referencia. En una sociedad de muchos «yo», la Iglesia es un «nosotros».
la Iglesia debe dar testimonio de sabiduría y diálogo en una sociedad que va perdiendo sus puntos de referencia
El Papa en Predicate Evangelium ha puesto la evangelización en el centro. ¿Cómo ve la Comunidad de Sant Egidio este nuevo paso del Santo Padre?
Está en la línea de lo que había escrito el Papa en la Evangelii Gaudium, un documento muy importante para entender su Pontificado. Desafortunadamente, fue también un documento rechazado por la Iglesia, o no teóricamente, sino rechazado «de facto» porque pedía salir a las periferias: los sacerdotes están cansados, los laicos no están dispuestos a ser evangelizadores. Creo que tenemos que volver a ese documento para mirar el futuro. Estoy muy preocupado por la Iglesia en Europa porque me parece que hay una falta de entusiasmo, una falta de comunicación personal y fuerte del Evangelio. Hay un declive que no podemos negar, pero esto no quiere decir que estemos al final. Necesitamos volver a ver la Iglesia con pasión. Los problemas estructurales no cambiarán la situación