¡Cristo ha resucitado! La esperanza no defrauda
Un año más, la Vigilia Pascual de la Comunidad de Sant’Egidio en la Iglesia Ntra. Señora de las Maravillas fue una profunda experiencia de luz. En este año jubilar de la esperanza, pasamos de las tinieblas a la luz, de la muerte a la resurrección y de la desesperación a la esperanza.
Como un signo de que el mal nunca tiene la última palabra, la iglesia, completamente a oscuras, poco a poco se fue iluminando a partir de la luz del cirio pascual y de las pequeñas velas encendidas por los fieles, que se pasaban la llama unos a otros. Y así fue como esta luz de la Resurrección de Jesús se abrió paso frente a la oscuridad, simbolizando que perseverando en la esperanza y llevándola allí donde más se necesita, podemos reescribir la historia.




En su homilía, Don Javier Cuevas invitó a no encerrarnos en la tristeza, resignación o apatía en un tiempo oscuro como el que vivimos, sino a convertirnos en misioneros de esperanza.
“Se nos invita a ser misioneros para que la luz de Jesús llegue a quienes viven en las tinieblas del mundo y esperan un nuevo y mejor tiempo”.
Este año la colecta de Pascua se ha destinado a apoyar el valiente trabajo de la Comunidad de Sant’Egidio en Ucrania, un país devastado por la guerra, donde nuestros hermanos y hermanas siguen resistiendo al lado de los pobres y de quienes lo han perdido todo.
La Resurrección de Jesús nos impulsa a tener sueños grandes. No se trata de un optimismo vacío y superficial, sino de la audacia de actuar, de traducir la fe en obras de bien para que la luz del Resucitado llegue a todos los que viven en la oscuridad de la guerra, la pobreza, la soledad o la desesperación. La Pascua de Resurrección es el punto de partida para transformar la historia en un nuevo y mejor tiempo.
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