Entrega de las reliquias de san Maximiliano Kolbe a la basílica de San Bartolomé de la Isla (Roma)

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massimiliano-kolbe-2El día 13 de marzo en la Basílica de San Bartolomé de la Isla Tiberina, santuario de los Nuevos Mártires de los siglox XX y XXI, confiado a la Comunidad de Sant’Egidio, se entregaron las reliquias de san Maximiliano Kolbe, el franciscano polaco que fue definido como «patrón de nuestro difícil siglo» por san Juan Pablo II en ocasión de la misa de canonización (10 de octubre de 1982). Entró muy joven en la orden de los frailes menores conventuales. El padre Kolbe fundó la «Milicia de la Inmaculada», movimiento que fue muy activo entre las clases medias rurales y operarias de Polonia que acababa de recuperar su independencia. En 1922 Kolbe edificó cerca de Varsovia el convento de Niepokalanów, la «Ciudad de la Inmaculada», que se convirtió en un centro de renacimiento espiritual y religioso en una época de profundas transformaciones sociales y culturales.A pesar de su débil salud, en 1930 Kolbe se fue como misionero a Japón e India, porque veía el desafío de comunicar el Evangelio allí donde todavía no había llegado. Al volver a Polonia, fue arrestado pocos días después de la invasión alemana. En 1941 Kolbe fue deportado al campo de concentración de Auschwitz, donde el 14 de agosto de 1941 ofreció su vida a cambio de la de un padre de familia, condenado a muerte en el «bloque del hambre» por represalia tras la fuga de un preso. En Auschwitz, lugar que simboliza más que ningún otro lugar el abismo del mal en el siglo XX, «murió un hombre, pero la humanidad se salvó», como escribió Karol Wojtyła, entonces arzobispo de Cracovia, en 1976.La ceremonia de entrega fue presidida por monseñor Marco Gnavi, de la Comunidad de Sant’Egidio, y por fra Marco Rasca, Ministro General de los Frailes Menores Conventuales.Con las reliquias de san Maximiliano, también se entregaron a la basílica de San Bartolomé un oracional, con la siguiente dedicatoria autógrafa de 1937: «A fra Jarosław. Maria. Aquel que ama devotamente a la Inmaculada, se salvará, será santo y llevará a otros hasta la santidad. Fra Maximiliano Maria Kolbe».

 

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