Espigares: «Las vidas de los pobres gritan que el presente debe cambiar. Son profetas de esperanza»

La responsable de la Comunidad de Sant’Egidio en España, Tíscar Espigares comparte con el programa «Otra Mirada», de la Escuela de Espiritualidad de la Comunidad Marista una inspiradora reflexión sobre cómo desde la oración, la opción por los pobres y la paz, pilares de la Comunidad de Sant’Egidio, podemos transformar la historia ayudando a cambiar aquellas realidades que nos interpelan.

La Oración, dice Tíscar Espigares, es la primera obra de Sant’Egidio. Nos ayuda a ver la realidad con ojos nuevos y no resignarnos al mundo tal y como está. La Palabra de Dios permite entender mejor la historia y ponernos en marcha para servir y ser amigos de los pobres, que en sus palabras, «son grandes maestros de humanidad, porque nos enseñan lo que verdaderamente cuenta en la vida».

«Las vidas de los pobres gritan que en el mundo no van bien las cosas.Los pobres son profetas de esperanza.»

El servicio a los pobres es también una semilla de fraternidad y paz, ofrece también una valiosa oportunidad para darnos cuenta de que la pobreza material no es la única ni más importante carencia en la vida de las personas. «Para nosotros, los pobres no se reducen a un conjunto de necesidades. Cada persona tiene su historia. «Son mujeres y hombres únicos, con su dignidad».

Por ello, la relación de la Comunidad de Sant’Egidio con los pobres es de una amistad personal: con nombre propio, celebrando los cumpleaños, las fiestas y momentos fraternos. Y así, al conocer las vidas de las personas que viven por la calle, nos damos cuenta de una realidad sobrecogedora: nadie es inmune de acabar en la calle, porque la vida puede torcerse de muchas formas. Sin embargo, en esos momentos de oscuridad, la amistad, una palabra de aliento pueden salvarnos.

La amistad ayuda a ver una luz al final del túnel, una salida. Y aún si el camino se hace largo o incluso si la persona no logra alcanzar esa luz, al menos no está solo en ese camino».

Asimismo, en un momento histórico tan convulso y peligroso, con una explosión de guerras en tantas partes del mundo, la tarea de todo cristiano y de todas las personas debe ser sembrar semillas de paz creando espacios para la fraternidad en los que nos convirtamos en hermanos unos de otros, concluye Espigares.

Puedes escuchar el Pódcast completo aquí:

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