Jóvenes de Sant’Egidio piden que la paz se abra paso. Encuentro Internacional «Global Friendship» en Padua y Venecia
La Plaza San Marcos de Venecia se llenó de carteles con la palabra PAZ en diferentes idiomas («PAZ, PAIX, MIR, PEACE, SALAM») en las manos alegres y esperanzadas de unos mil jóvenes de 13 países europeos que se congregaron durante tres días en las ciudades italianas de Padua y Venecia para elevar sus deseos y compromiso para que la paz se abra paso en un mundo dividido, crispado y violento.
El Encuentro internacional titulado «Global Friendship for a Future of Peace» fue organizado por los Jóvenes por la Paz, estudiantes universitarios y de secundaria, que participan en este movimiento vinculado a la Comunidad de Sant’Egidio y que cotidianamente siembran semillas de convivencia y paz en las ciudades europeas, ayudando a niños y niñas de familias necesitadas en las Escuelas de la Paz, compartiendo su tiempo con personas sin hogar o visitando a ancianos solos.
Se trata de un trabajo y un compromiso diario, que también se hace realidad en la ciudad de Madrid, con los Jóvenes por la Paz de la capital española que igualmente participaron en este encuentro junto con sus amigos de muchas ciudades europeas, incluyendo los 70 jóvenes ucranianos de Kiev, Leopolis e Ivano-Frankivsk, que viajaron durante dos días por tierra para expresar su deseo de paz para su país y para todas las tierras golpeadas por la guerra.
En el corazón de la turística Venecia, estos jóvenes realizaron un colorido «flash mob por la paz» que no dejó indiferente a quienes lo presenciaron. Fue la culminación de tres días de diálogo, oración y reflexión que empezó el viernes 25 de agosto en la cuidad de Padua con una conferencia del ex viceministro de Exteriores de Italia, Mario Giro, quien invitó a «ver con el corazón» los conflictos y las situaciones de crisis para «escribir un atlas de paz» para nuestro tiempo, en una conferencia titulada «Juventud Global: comprender nuestro mundo complejo».
Asimismo, en la vigilia de oración por la paz que se celebró en la Basílica de San Antonio de Padua, el cardenal Matteo Zuppi, enviado de la Santa Sede para mediar por la paz en Ucrania, compartió su emoción al visitar el centro de acogida de Sant’Egidio en Kiev y cómo esas semillas de solidaridad abren el camino para esa ansiada paz.
Cuando está oscuro una pequeñísima luz lo cambia todo. Somos luminosos cuando damos
luz a los demás. Y esto hace que nuestro corazón esté encendido». En Kiev pensé que la paz ya ha empezado».
Y aunque hoy la sombra de la guerra se vea demasiado grande, el presidente de Sant’Egidio, Marco Impagliazzo aseguró a los jóvenes durante la asamblea plenaria en el palacio ferial de Padua que «todo puede cambiar» a partir de la Palabra de Dios y la cercanía con los pobres como un camino para acabar con las injusticias, la violencia y las guerras.
«A veces nos sentimos débiles y tenemos miedo, porque pensamos que podemos navegar en el mar de la vida solos, pero si nos unimos a los demás y dejamos que la paz entre en nuestro corazón, tenemos la fuerza de estar con todos y de luchar por la dignidad y por salvar a muchos de la pobreza y de la injusticia.»
Asimismo, Impagliazzo hizo un fuerte llamamiento a construir una Europa acogedora y a no aceptar las muertes de los migrantes en sus viajes a través del desierto del Sáhara y del Mediterráneo, en una asamblea en la que estaban presentes numerosos jóvenes sirios y africanos llegados a Italia, Francia y Bélgica gracias a los corredores humanitarios.
Tras escuchar las palabras de Impagliazzo, varios jóvenes explicaron su trabajo gratuito con los menores y los más frágiles y dieron voz a las esperanzas de paz de su generación. Una intervención que emocionó a todos fue la de Yulia, una joven ucraniana refugiada en Kiev que dijo:
«Sant’Egidio me ayudó cuando huí con mi familia de Donbass; ahora me he unido a la Comunidad. Ayudar a los demás hace que olvide el miedo».
El próximo encuentro internacional de los Jóvenes por la Paz se realizará del 27 al 29 de agosto de 2024 en Berlín, Alemania, una nueva cita para sembrar esas semillas de paz y amistad global en una nueva etapa de «Global Friendship» cuyo nombre es a la vez una invitación a seguir precisamente este camino.