«La oración del pobre sube hasta Dios». Eucaristía y fraternidad en la VIII Jornada Mundial de los Pobres
Los pobres custodian la esperanza de un mejor tiempo y nos enseñan a vivir de forma concreta el Evangelio. En esta VIII Jornada Mundial de los Pobres hemos experimentado una vez más cuánta sabiduría encierran las palabras y las plegarias de quienes sufren, de aquellos a los que la vida golpea y que sin embargo, deciden vivir con la esperanza de que el futuro puede ser mejor.
Iniciamos este día tan especial con la Eucaristía en la que sentimos que verdaderamente «La oración del pobre sube hasta Dios«, como indica el lema de este año. La Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas estaba completamente llena de amigos y hermanos con quienes compartimos nuestra vida y nuestros servicios: personas sin hogar, alumnos y alumnas de la Escuela de Lengua y Cultura, familias necesitadas, ancianos; personas de diferentes nacionalidades y culturas, pero unidas por los indivisibles lazos de la amistad y la fraternidad.
En su homilía, Mons. Javier Cuevas reflexionó sobre la «hondura de descubrir el tesoro de la presencia de los pobres en las comunidades cristianas, porque según afirma «los pobres nos evangelizan, nos acercan a Dios», nos ayudan a vivir el «Reino de Dios que está ya entre nosotros».
«Caminemos el camino de la vida curando a los enfermos, cuidando a los débiles, amando a los pobres, a los que tenemos que acompañar, querer y abrazar cada día».
La Eucaristía concluyó con la Comunidad entera cantando al unísono: «no tenemos muchas riquezas, no tenemos ni oro ni plata, solo la palabra del Señor» , un espontáneo momento que quedó grabado en la memoria de todos los presentes.
Un año más, después del alimento eucarístico compartimos la mesa de la amistad, en el tradicional almuerzo en el comedor de la Casa Fratelli Tutti, un espacio que se ha convertido en un signo para nuestra ciudad. Fue una velada llena de gestos de agradecimiento, alegría y esperanza, expresadas en palabras como las de Jesús que al culminar la comida dijo: «ha sido el mejor día de mi vida» o las de Laura que con esta frase manifestaba su alegría por «ser parte de esta bonita familia»: Sois una bendición en mi vida y me hacéis muy feliz».