Memoria de las víctimas del Holocausto. Cultura y entedimiento de la historia, ante el discurso del odio y la discriminación
Un día como hoy hace 76 años se liberaba el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau y el mundo empezaba a conocer el grado de violencia y muerte al que puede llevar el racismo y el odio. En el Día de la Conmemoración en Memoria de las víctimas del Holocausto recordamos la importancia de que la ciudadanía y las instuciones estemos alertas ante el crecimiento de discursos de odio, racismo y antisemitismo, que muchas veces van acompañados de actos violentos y discriminatorios.
Debe provocar preocupación y temor la mera afirmación, sobre todo en entornos juveniles, de movimientos nacionalistas, soberanistas y xenófobos en Europa. La cultura del odio y el rechazo al diferente siempre pueden contrarrestarse con el acercamiento, con la educación y el conocimiento de la historia y sus lecciones para el momento presente. Desde la Comunidad de Sant’Egidio proponemos:
Cultura y conocimiento de la historia
Es urgente volver a poner en el centro del debate público el valor civil de estudiar el pasado. Las preguntas sobre el pasado nos abren a los desafíos del presente, leídos desde la profundidad de la historia. Por eso es tan importante promover la cultura y el conocimiento de la historia en las escuelas y universidades.
Sociedades más acogedoras desde la participación y la integración
El recuerdo del Holocausto nos impulsa a trabajar junto a muchas personas para tejer la trama de una sociedad acogedora y abierta a la integración; para contrarrestar el cada vez más el preocupante lenguaje del odio que circula por la web y que contagia a muchos.
Pacto entre generaciones para no olvidar
Necesitamos establecer un nuevo pacto entre las generaciones que lleve a los jóvenes a recoger la herencia de los testimonios que van desapareciendo. Es lo que hace la Comunidad de Sant’Egidio a todos los niveles en el mundo juvenil, empezando por las Escuelas de la Paz, para fomentar una cultura del encuentro y del conocimiento y superar así toda forma de antisemitismo y de racismo.
Promover una visión de un destino común
La tragedia de la pandemia nos ha recordado el destino común de la humanidad, más allá de las diferencias nacionales, étnicas o religiosas que en el pasado, y también hoy, han explotado los empresarios del miedo. Por eso el recuerdo del abismo de Auschwitz y de los campos de exterminio no es algo solo del pasado.
El antisemitismo sigue siendo «un negro nubarrón sobre Europa», como afirmó la escritora Edith Bruck, superviviente de los campos nazis. Y seguir reflexionando sobre la historia del antisemitismo y del racismo ayuda a hacer frente de manera consciente a los desafíos de un mundo que cambia, con una mirada capaz de imaginar un mañana distinto, poniendo en el centro las aspiraciones y la dignidad de la única y gran familia humana.
Accede a la nota completa en la web internacional de la Comunidad de Sant Egidio.
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