Navidad 2024: un camino de esperanza para nuestro mundo
Junto con la puerta Santa abierta por el Papa esta Nochebuena en Roma y que marca el inicio del año jubilar de la esperanza, en la Comunidad de Sant’Egidio abrimos también las puertas para decir a más de mil amigos en necesidad que para ellos también hay esperanza.
Así como en la Navidad celebramos el nacimiento del Salvador, muchas personas que viven por la calle, familias y niños, ancianos que están solos, refugiados y migrantes provenientes de países golpeados por la guerra, pudieron vivir en primera persona la promesa de salvación.
Hoy, los pobres y los descartados fueron los verdaderos protagonistas. En esta Navidad de la esperanza, quien estaba solo encontró compañía, quien sufre recibió consuelo y quien teme al futuro, una fuerza para seguir adelante; quien cotidianamente solo experimenta rechazo hoy pudo abrir un regalo con su nombre y escuchar palabras de cariño y quien echa de menos a su familia se sentó a la mesa de una familia inmensa y sin fronteras.
“Cuánta falta me hacía hoy una familia y ustedes me la han regalado. Estar con gente buena y agradable hace olvidar todo lo malo”.
Lo dice Marcela una mujer que vive por la calle y que hoy ha recibido un regalo mucho mejor que el saco de dormir que se ha llevado: un momento de alegría, la compañía de una familia que va más allá del parentesco.
Palabras tan sentidas como las de un amigo cubano que viene todas las semanas a nuestro comedor Fratelli Tutti muestran el camino para ser “peregrinos de esperanza”, como nos invita el Papa Francisco en este año jubilar. Esto fue lo que dijo mientras se despedía con un gran abrazo:
“He recuperado mi dignidad. Me habéis hecho sentir gente, volver a sentirme persona”.
Hoy también se abrió la puerta de la esperanza de un mejor tiempo para nuestra ciudad de Madrid y para el mundo entero, que será posible si cada uno se convierte en portador de esperanza allí donde esta se apaga.
Iniciamos este precioso día de Navidad en la Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas, repleta de miembros de la gran familia de Sant’Egidio con quien compartimos la Eucaristía, presidida por el sacerdote Javier Cuevas, quien en su homilía subrayó “la tarea de ser testigos del amor de Dios en este mundo, porque “no podemos vivir en un mundo donde falte la esperanza”.
“Dios se encarna precisamente en un niño que nace entre los excluidos en una aldea perdida de la periferia. Pero también se hace carne en nuestra vida y a través de nuestra mirada hacia el mundo, la mirada del Dios que vive entre nosotros”.
Este año, la colecta de Navidad se ha destinado a los Corredores Humanitarios, el proyecto de la Comunidad de Sant’Egidio que ha traído de forma segura a Europa a más cerca de 7 mil personas, evitando muertes en el mar y en peligrosas rutas migratorias de nuestro continente.
Después de la Eucaristía, compartimos el gran banquete navideño en cuatro diferentes puntos del centro de Madrid, incluyendo nuestra Casa Fratelli Tutti y la Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas, que, tras la liturgia, se transformó en un comedor que acogió a familias y niños de las Escuelas de la Paz, alumnos de la Escuela de Lengua y Cultura y ancianos solos.
Un año más nuestras comidas fueron un signo de esperanza para la ciudad. Un año más, a partir de la solidaridad de tantas personas, que han colaborado de distintas formas, hemos podido brindar un menú de gran calidad, un regalo nuevo y sobretodo, la buena noticia de la Navidad.
El próximo Domingo 12 de enero a las 17.30 en la Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas nos volveremos a encontrar para ver las imágenes y vídeos de las cuatro comidas de Madrid y comidas que se han celebrado en más de 70 países. A partir de esas imágenes, reflexionaremos sobre su significado para nuestras vidas y para nuestro mundo.
Mientras tanto, compartimos el álbum con las imágenes de esta “Navidad de la Esperanza”, con la Comunidad de Sant’Egidio en Madrid. ¡ FELIZ NAVIDAD DE LA ESPERANZA!