París 2024: «Imaginar la paz», un mundo más allá de las guerras
Representantes de diferentes religiones, personalidades de la cultura, humanistas, intelectuales y muchas personas que mantienen vivo el sueño de la paz se encontraron del 22 al 24 de septiembre en la capital francesa durante la 38ª edición del Encuentro Internacional por la Paz, organizado por la Comunidad de Sant’Egidio y la Archidiócesis de París. El encuentro proponía este gran desafío: «Imaginar la paz».
Escuchando el clamor y haciendo propio el dolor de quienes hoy sufren a causa de la violencia, el encuentro de París nos invitaba a imaginar lo que aún no está: un mundo libre de guerra.
La propuesta significa renunciar al conformismo y a la resignación ante la escalada de conflictos que amenazan con hacerse cada vez mayores, provocando gran sufrimiento, muerte y destrucción que secuestran el futuro de millones de personas en el mundo. La invitación implica también oponerse a la rehabilitación de la guerra como medio para la resolución de los conflictos, implementando formas audaces para construir la paz, tanto en las relaciones internacionales como en las relaciones cotidianas.
Pocas semanas después de los Juegos Olímpicos, París acogió nuevamente a personas de diferentes religiones, culturas, ideologías y procedencias, unidas por una visión y un compromiso común de paz.
La emblemática plaza de Notre Dame fue el escenario de la ceremonia de clausura del Encuentro Internacional, que concluyó con la firma por parte de los representantes de las diferentes religiones de un llamamiento común en el que claman por un cambio de rumbo en las dinámicas belicistas que amenazan con destruir la vida de millones de personas.
Pedimos a los líderes políticos, señores de la guerra y a todas las personas que encontremos caminos de paz que todavía existen, a pesar de que están hoy escondidos detrás de la oscuridad de la guerra (…) Hoy, frente a la Basílica de Notre Dam, destruida por el fuego y hoy reconstruida, afirmamos nuestra convicción de que podemos liberar al mundo del fuego de la guerra y reconstruirlo de forma más justa y pacífica».
Durante estos días en París, también se escucharon las voces de las víctimas de la guerra, como Lina Hassani, que tuvo que huir de Afganistán por la violencia de los talibanes y hoy vive en Bélgica gracias a los Corredores Humanitarios. También fue especialmente conmovedor el testimonio de Gilberte Fournier, que relató su experiencia durante la II Guerra Mundial, que marcó su infancia de forma dramática: «no comíamos todos los días, vivíamos siempre con miedo a las bombas y a ver morir a nuestros seres queridos, como mis pequeños amigos que fueron obligados a llevar una estrella amarilla y a quienes nunca volví a ver».
Por su parte, el Papa Francisco en su mensaje para el encuentro, instó a no rendirse ante la lógica de la guerra y la división porque, «la paz es un camino que requiere valentía, fe y diálogo» y es tarea de las religiones «inspirar visiones de paz como hemos visto estos días en París«.
Hago mío vuestro grito y el de tantos afectados por la guerra y lo dirijo a los responsables de la política: “¡Alto a la guerra! ¡Detengan las guerras!” ¡Ya estamos destruyendo el mundo! ¡Detengámonos mientras aún hay tiempo!
Asimismo, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, recordó que a lo largo de la historia, esta ciudad ha sido escenario de conversaciones que han desembocado en acuerdos de paz y declaraciones que prometen respeto por todas personas. «Gracias a todos por imaginar la paz», sentenció.
El acto concluyó con el discurso de Marco Impagliazzo , presidente de la Comunidad de Sant’Egidio, quien destacó que «la paz requiere valentía para imaginarla». Para Impagliazzo hoy se levanta un fuerte grito de protesta:
«Protestamos contra toda esta violencia, contra todo este odio, ajeno a nuestro deseo de vivir en paz, al de muchos hombres y mujeres».
Impagliazzo también recordó cómo la paz es una idea que debe construirse continuamente a través del encuentro y el diálogo, subrayando la urgencia de construir relaciones humanas basadas en la inclusión y la comprensión mutua.
Estos últimos días hemos hablado de niños que sueñan con la paz, de poblaciones que se resisten a la voluntad de guerra. Quieren ser guiadas hacia la paz.»
Tras su lectura, los representantes de las grandes religiones mundiales firmaron el llamamiento de paz y lo entregaron a un grupo de niños y jóvenes, simbolizando el legado de paz que queremos dejar a las nuevas generaciones. Después, los asistentes intercambiaron un signo de paz.
El camino del Espíritu de Asís continúa en Roma, que será la sede del próximo Encuentro por la Paz en 2025, coincidiendo con el año jubilar.
VIDEOS, INTERVENCIONES Y BIOGRAFÍAS
Ceremonia de clausura en Notre Dame
Galería de imágenes (Clausura)
Asamblea Inaugural: «Imaginar la Paz»
Galería de imágenes (Inauguración)