Una escuela para aprender a estar juntos, mientras estudiamos y nos divertimos
Después de una larga semana de deberes ¿más escuela? Sí, más escuela, pero es una escuela diferente, colorida, llena de sonrisas, acogida y amistad. Una escuela donde se repasan los deberes académicos, pero también se aprende algo muy importante: el valor de estar juntos, sin importar de dónde vengas, qué religión tengas, el color de tu piel o dónde vivas. Son escuelas donde los más pequeños encuentran también la amistad de sus «hermanos mayores»: los Jóvenes por la Paz, quienes se encargan de ayudarles, enseñarles y estar con ellos.
No solo se trata de apoyo escolar para hacer los deberes, ni de pasar un rato pintando, jugando o cantando. En realidad, se trata de «educar para la paz», educar para no tener miedo de los demás, educar para vivir juntos, en un tiempo de tanta crispación, de tanta división y de normalización de la violencia. Se trata también de educar en la esperanza, de que aún las situaciones más difíciles pueden mejorar.
Las Escuelas de la Paz de Sant’Egidio están presentes en muchas ciudades de los 5 continentes y en muchos lugares «de dolor» como los campos de refugiados de Lesbos o Líbano. En Madrid, la primera Escuela de la Paz empezó en 1988 en el barrio de Pan Bendito, le siguió la Escuela de la Paz de Lavapiés y la de Malasaña en la Iglesia Ntra. Señora de las Maravillas. Muy pronto, la Escuela de la Paz de Maravillas estrenará nueva sede con un espacio amplio en la Casa de la Cultura y la Solidaridad de Sant’Egidio, cuyas obras avanzan para estar concluidas durante el primer semestre de este año.
Así son las Escuelas de la Paz de Sant’Egidio. Gracias a los Jóvenes por la Paz por dedicar su tiempo a apoyar a los niños y niñas de familias necesitadas: